martes, 22 de noviembre de 2011


Aquí os pongo un extracto de el Código Etico Mundial para el Turismo elaborado por la Organización Mundial del Turismo (OMT) en la que se define, entre sus 10 artículos, lo que es o debería ser el Ecoturismo (Turismo Ecológico). Al final os pongo un link al texto completo y otro link sobre opiniones de lo que es el Ecoturismo.


ARTICULO 1: Contribución del turismo al entendimiento y al respeto mutuos entre hombres y sociedades.
1. La comprensión y la promoción de los valores éticos comunes de la humanidad, en un espíritu de tolerancia y respeto de la diversidad de las creencias religiosas, filosóficas y morales son, a la vez, fundamento y consecuencia de un turismo responsable. Los agentes del desarrollo turístico y los propios turistas prestarán atención a las tradiciones y prácticas sociales y culturales de todos los pueblos, incluso a las de las minorías nacionales y de las poblaciones autóctonas, y reconocerán su riqueza.
2. Las actividades turísticas se organizarán en armonía con las peculiaridades y tradiciones de las regiones y países receptores, y con respeto a sus leyes y costumbres.
3. Tanto las comunidades receptoras como los agentes profesionales locales habrán de aprender a conocer y a respetar a los turistas que los visitan, y a informarse sobre su forma de vida, sus gustos y sus expectativas. La educación y la formación que se impartan a los profesionales contribuirán a un recibimiento hospitalario de los turistas.
4. Las autoridades públicas tienen la misión de asegurar la protección de los turistas y visitantes y de sus bienes. En ese cometido, prestarán especial atención a la seguridad de los turistas extranjeros, por su particular vulnerabilidad. Con ese fin, facilitarán el establecimiento de medios de información, prevención, protección, seguro y asistencia específicos que correspondan a sus necesidades. Los atentados, agresiones, secuestros o amenazas dirigidos contra turistas o trabajadores del sector turístico, así como la destrucción intencionada de instalaciones turísticas o de elementos del patrimonio cultural o natural, de conformidad con la legislación nacional respectiva deben condenarse y reprimirse con severidad.
5. En sus desplazamientos, los turistas y visitantes evitarán todo acto criminal o considerado delictivo por las leyes del país que visiten, y cualquier comportamiento que pueda resultar chocante o hiriente para la población local, o dañar el entorno del lugar. Se abstendrán de cualquier tipo de tráfico de drogas, armas, antigüedades, especies protegidas, y productos y sustancias peligrosos o prohibidos por las reglamentaciones nacionales.
6. Los turistas y visitantes tienen la responsabilidad de recabar información, desde antes de su salida, sobre las características del país que se dispongan a visitar. Asimismo, serán conscientes de los riesgos de salud y seguridad inherentes a todo desplazamiento fuera de su entorno habitual, y se comportarán de modo que minimicen esos riesgos.



ARTICULO 2: El turismo, instrumento de desarrollo personal y colectivo.
1. El turismo, que es una actividad generalmente asociada al descanso, a la diversión, al deporte y al acceso a la cultura y a la naturaleza, debe concebirse y practicarse como un medio privilegiado de desarrollo individual y colectivo. Si se lleva a cabo con la apertura de espíritu necesaria, es un factor insustituible de autoeducación, tolerancia mutua y aprendizaje de las legítimas diferencias entre pueblos y culturas y de su diversidad.
2. Las actividades turísticas respetarán la igualdad de hombres y mujeres. Asimismo, se encaminarán a promover los derechos humanos y, en particular, los derechos específicos de los grupos de población más vulnerables, especialmente los niños, las personas mayores y minusválidas, las minorías étnicas y los pueblos autóctonos.
3. La explotación de seres humanos, en cualquiera de sus formas, especialmente la sexual, y en particular cuando afecta a los niños, vulnera los objetivos fundamentales del turismo y constituye una negación de su esencia. Por lo tanto, conforme al derecho internacional, debe combatirse sin reservas con la cooperación de todos los Estados interesados, y sancionarse con rigor en las legislaciones nacionales de los países visitados y de los países de los autores de esos actos, incluso cuando se hayan cometido en el extranjero.
4. Los desplazamientos por motivos de religión, salud, educación e intercambio cultural o lingüístico constituyen formas particularmente interesantes de turismo, y merecen fomentarse.
5. Se favorecerá la introducción en los programas de estudios de la enseñanza del valor de los intercambios turísticos, de sus beneficios económicos, sociales y culturales, y también de sus riesgos.



ARTICULO 3: El turismo, factor de desarrollo sostenible.
1. Todos los agentes del desarrollo turístico tienen el deber de salvaguardar el medio ambiente y los recursos naturales, en la perspectiva de un crecimiento económico saneado, constante y sostenible, que sea capaz de satisfacer equitativamente las necesidades y aspiraciones de las generaciones presentes y futuras.
2. Las autoridades públicas nacionales, regionales y locales favorecerán e incentivarán todas las modalidades de desarrollo turístico que permitan ahorrar recursos naturales escasos y valiosos, en particular el agua y la energía, y evitar en lo posible la producción de desechos.
3. Se procurará distribuir en el tiempo y en el espacio los movimientos de turistas y visitantes, en particular por medio de las vacaciones pagadas y de las vacaciones escolares, y equilibrar mejor la frecuentación, con el fin de reducir la presión que ejerce la actividad turística en el medio ambiente y de aumentar sus efectos beneficiosos en el sector turístico y en la economía local.
4. Se concebirá la infraestructura y se programarán las actividades turísticas de forma que se proteja el patrimonio natural que constituyen los ecosistemas y la diversidad biológica, y que se preserven las especies en peligro de la fauna y de la flora silvestre. Los agentes del desarrollo turístico, y en particular los profesionales del sector, deben admitir que se impongan limitaciones a sus actividades cuando éstas se ejerzan en espacios particularmente vulnerables: regiones desérticas, polares o de alta montaña, litorales, selvas tropicales o zonas húmedas, que sean idóneos para la creación de parques naturales o reservas protegidas.
5. El turismo de naturaleza y el ecoturismo se reconocen como formas de turismo particularmente enriquecedoras y valorizadoras, siempre que respeten el patrimonio natural y la población local y se ajusten a la capacidad de ocupación de los lugares turísticos.



ARTICULO 4: El turismo, factor de aprovechamiento y enriquecimiento del patrimonio cultural de la humanidad.
1. Los recursos turísticos pertenecen al patrimonio común de la humanidad. Las comunidades en cuyo territorio se encuentran tienen con respecto a ellos derechos y obligaciones particulares.
2. Las políticas y actividades turísticas se llevarán a cabo con respeto al patrimonio artístico, arqueológico y cultural, que deben proteger y transmitir a las generaciones futuras. Se concederá particular atención a la protección y a la rehabilitación de los monumentos, santuarios y museos, así como de los lugares de interés histórico o arqueológico, que deben estar ampliamente abiertos a la frecuentación turística. Se fomentará el acceso del público a los bienes y monumentos culturales de propiedad privada con todo respeto a los derechos de sus propietarios, así como a los edificios religiosos sin perjuicio de las necesidades del culto.
3. Los recursos procedentes de la frecuentación de los sitios y monumentos de interés cultural habrían de asignarse preferentemente, al menos en parte, al mantenimiento, a la protección, a la mejora y al enriquecimiento de ese patrimonio.
4. La actividad turística se organizará de modo que permita la supervivencia y el florecimiento de la producción cultural y artesanal tradicional, así como del folklore, y que no conduzca a su normalización y empobrecimiento.



ARTICULO 5: El turismo, actividad beneficiosa para los países y las comunidades de destino.
1. Las poblaciones y comunidades locales se asociarán a las actividades turísticas y tendrán una participación equitativa en los beneficios económicos, sociales y culturales que reporten, especialmente en la creación directa e indirecta de empleo a que den lugar.
2. Las políticas turísticas se organizarán de modo que contribuyan a mejorar el nivel de vida de la población de las regiones visitadas y respondan a sus necesidades. La concepción urbanística y arquitectónica y el modo de explotación de las estaciones y de los medios de alojamiento turístico tenderán a su óptima integración en el tejido económico y social local. En igualdad de competencia, se dará prioridad a la contratación de personal local.
3. Se prestará particular atención a los problemas específicos de las zonas litorales y de los territorios insulares, así como de las frágiles zonas rurales y de montaña, donde el turismo representa con frecuencia una de las escasas oportunidades de desarrollo frente al declive de las actividades económicas tradicionales.
4. De conformidad con la normativa establecida por las autoridades públicas, los profesionales del turismo, y en particular los inversores, llevarán a cabo estudios de impacto de sus proyectos de desarrollo en el entorno y en los medios naturales. Asimismo, facilitarán con la máxima transparencia y la objetividad pertiniente toda la información relativa a sus programas futuros y a sus consecuencias previsibles, y favorecerán el diálogo sobre su contenido con las poblaciones interesadas.



ARTICULO 6: Obligaciones de los agentes del desarrollo turístico.
1. Los agentes profesionales del turismo tienen obligación de facilitar a los turistas una información objetiva y veraz sobre los lugares de destino y sobre las condiciones de viaje, recepción y estancia. Además, asegurarán la absoluta transparencia de las cláusulas de los contratos que propongan a sus clientes, tanto en lo relativo a la naturaleza, al precio y a la calidad de las prestaciones que se comprometen a facilitar como a las compensaciones financieras que les incumban en caso de ruptura unilateral de dichos contratos por su parte.
2. En lo que de ellos dependa, y en cooperación con las autoridades públicas, los profesionales del turismo velarán por la seguridad, la prevención de accidentes, la protección sanitaria y la higiene alimentaria de quienes recurran a sus servicios. Se preocuparán por la existencia de sistemas de seguros y de asistencia adecuados. Asimismo, asumirán la obligación de rendir cuentas, conforme a las modalidades que dispongan las reglamentaciones nacionales y, cuando corresponda, la de abonar una indemnización equitativa en caso de incumplimiento de sus obligaciones contractuales.
3. En cuanto de ellos dependa, los profesionales del turismo contribuirán al pleno desarrollo cultural y espiritual de los turistas y permitirán el ejercicio de sus prácticas religiosas durante los desplazamientos.
4. En coordinación con los profesionales interesados y sus asociaciones, las autoridades públicas de los Estados de origen y de los países de destino velarán por el establecimiento de los mecanismos necesarios para la repatriación de los turistas en caso de incumplimiento de las empresas organizadoras de sus viajes.
5. Los Gobiernos tienen el derecho –y el deber–, especialmente en casos de crisis, de informar a sus ciudadanos de las condiciones difíciles, o incluso de los peligros con los que puedan encontrarse con ocasión de sus desplazamientos al extranjero. Sin embargo, les incumbe facilitar esas informaciones sin perjudicar de forma injustificada ni exagerada el sector turístico de los países receptores y los intereses de sus propios operadores. El contenido de las advertencias eventuales habrá, por tanto, de discutirse previamente con las autoridades de los países de destino y con los profesionales interesados. Las recomendaciones que se formulen guardarán estricta proporción con la gravedad de las situaciones reales y se limitarán a las zonas geográficas donde se haya comprobado la situación de inseguridad. Esas recomendaciones se atenuarán o anularán en cuanto lo permita la vuelta a la normalidad.
6. La prensa, y en particular la prensa especializada en turismo, y los demás medios de comunicación, incluidos los modernos medios de comunicación electrónica, difundirán una información veraz y equilibrada sobre los acontecimientos y las situaciones que puedan influir en la frecuentación turística. Asimismo, tendrán el cometido de facilitar indicaciones precisas y fiables a los consumidores de servicios turísticos. Para ese fin, se desarrollarán y se emplearán las nuevas tecnologías de comunicación y comercio electrónico que, al igual que la prensa y los demás medios de comunicación, no habrán de facilitar en modo alguno el turismo sexual.



ARTICULO 7: Derecho al turismo.
1. La posibilidad de acceso directo y personal al descubrimiento de las riquezas de nuestro mundo constituirá un derecho abierto por igual a todos los habitantes de nuestro planeta. La participación cada vez más difundida en el turismo nacional e internacional debe entenderse como una de las mejores expresiones posibles del continuo crecimiento del tiempo libre, y no se le opondrá obstáculo ninguno.
2. El derecho al turismo para todos debe entenderse como consecuencia del derecho al descanso y al ocio, y en particular a la limitación razonable de la duración del trabajo y a las vacaciones pagadas periódicas, que se garantiza en el artículo 24 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y en el artículo 7.d del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.
3. Con el apoyo de las autoridades públicas, se desarrollará el turismo social, en particular el turismo asociativo, que permite el acceso de la mayoría de los ciudadanos al ocio, a los viajes y a las vacaciones.
4. Se fomentará y se facilitará el turismo de las familias, de los jóvenes y de los estudiantes, de las personas mayores y de las que padecen minusvalías.



ARTICULO 8: Libertad de desplazamiento turístico.
1. Con arreglo al derecho internacional y a las leyes nacionales, los turistas y visitantes se beneficiarán de la libertad de circular por el interior de sus países y de un Estado a otro, de conformidad con el artículo 13 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y podrán acceder a las zonas de tránsito y estancia, así como a los sitios turísticos y culturales sin formalidades exageradas ni discriminaciones.
2. Se reconoce a los turistas y visitantes la facultad de utilizar todos los medios de comunicación disponibles, interiores y exteriores. Se beneficiarán de un acceso rápido y fácil a los servicios administrativos, judiciales y sanitarios locales, y podrán ponerse libremente en contacto con las autoridades consulares del país del que sean ciudadanos conforme a los convenios diplomáticos vigentes.
3. Los turistas y visitantes gozarán de los mismos derechos que los ciudadanos del país que visiten en cuanto a la confidencialidad de los datos sobre su persona, en particular cuando esa información se almacene en soporte electrónico.
4. Los procedimientos administrativos de paso de las fronteras establecidos por los Estados o por acuerdos internacionales, como los visados, y las formalidades sanitarias y aduaneras se adaptarán para facilitar al máximo la libertad de los viajes y el acceso de la mayoría de las personas al turismo internacional. Se fomentarán los acuerdos entre grupos de países para armonizar y simplificar esos procedimientos. Los impuestos y gravámenes específicos que penalicen el sector turístico y mermen su competitividad habrán de eliminarse o corregirse progresivamente.
5. Siempre que lo permita la situación económica de los países de los que procedan, los viajeros podrán disponer de las asignaciones de divisas convertibles que necesiten para sus desplazamientos.



ARTICULO 9: Derechos de los trabajadores y de los empresarios del sector turístico.
1. Bajo la supervisión de las administraciones de sus Estados de origen y de los países de destino, se garantizarán especialmente los derechos fundamentales de los trabajadores asalariados y autónomos del sector turístico y de las actividades conexas, habida cuenta de las limitaciones específicas vinculadas a la estacionalidad de su actividad, a la dimensión global de su sector y a la flexibilidad que suele imponer la naturaleza de su trabajo.
2. Los trabajadores asalariados y autónomos del sector turístico y de las actividades conexas tienen el derecho y el deber de adquirir una formación inicial y continua adecuada. Se les asegurará una protección social suficiente y se limitará en todo lo posible la precariedad de su empleo. Se propondrá un estatuto particular a los trabajadores estacionales del sector, especialmente en lo que respecta a su protección social.
3. Siempre que demuestre poseer las disposiciones y calificaciones necesarias, se reconocerá a toda persona física y jurídica el derecho a ejercer una actividad profesional en el ámbito del turismo, de conformidad con la legislación nacional vigente. Se reconocerá a los empresarios y a los inversores –especialmente en el ámbito de la pequeña y mediana empresa– el libre acceso al sector turístico con el mínimo de restricciones legales o administrativas.
4. Los intercambios de experiencia que se ofrezcan a los directivos y otros trabajadores de distintos países, sean o no asalariados, contribuyen a la expansión del sector turístico mundial. Por ese motivo, se facilitarán en todo lo posible, de conformidad con las legislaciones nacionales y las convenciones internacionales aplicables.
5. Las empresas multinacionales del sector turístico, factor insustituible de solidaridad en el desarrollo y de dinamismo en los intercambios internacionales, no abusarán de la posición dominante que puedan ocupar. Evitarán convertirse en transmisoras de modelos culturales y sociales que se impongan artificialmente a las comunidades receptoras. A cambio de la libertad de inversión y operación comercial que se les debe reconocer plenamente, habrán de comprometerse con el desarrollo local evitando que una repatriación excesiva de sus beneficios o la inducción de importaciones puedan reducir la contribución que aporten a las economías en las que estén implantadas.
6. La colaboración y el establecimiento de relaciones equilibradas entre empresas de los países emisores y receptores contribuyen al desarrollo sostenible del turismo y a una repartición equitativa de los beneficios de su crecimiento.



ARTICULO 10: Aplicación de los principios del Código Ético Mundial para el Turismo.
1. Los agentes públicos y privados del desarrollo turístico cooperarán en la aplicación de los presentes principios y controlarán su práctica efectiva.
2. Los agentes del desarrollo turístico reconocerán el papel de los organismos internacionales, en primer lugar el de la Organización Mundial del Turismo, y de las organizaciones no gubernamentales competentes en los campos de la promoción y del desarrollo del turismo, de la protección de los derechos humanos, del medio ambiente y de la salud, con arreglo a los principios generales del derecho internacional.
3. Los mismos agentes manifiestan su intención de someter los litigios relativos a la aplicación o a la interpretación del Código Ético Mundial para el Turismo a un tercer organismo imparcial, denominado Comité Mundial de Ética del Turismo, con fines de conciliación.

Las áreas con mayor biodiversidad de anfibios son las más amenazadas



Los factores más peligrosos para los anfibios son el cambio climático, las variaciones en el uso de la tierra y la quitridiomicosis –una enfermedad infecciosa causada por un hongo–. Estas circunstancias tienden a solaparse y tienen más incidencia en las zonas con mayor diversidad de especies.



El 30% de los anfibios se encuentran en situación de amenaza y los agentes principales de riesgo son más agudos en las zonas de mayor diversidad. Estos factores se presentan en muchas ocasiones de manera conjunta, lo que puede disminuir las poblaciones más rápido de lo que se estimaba hasta ahora. Así lo indica un nuevo estudio internacional en el que participa el Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN, CSIC).
Los cambios en el uso del suelo por parte del hombre están destruyendo los hábitats naturales que los anfibios necesitan para sobrevivir
“Nuestro análisis ha mostrado que las zonas con más diversidad son más proclives a sufrir una o más amenazas que las áreas con menos riqueza de especies”, afirma a SINC Christian Hof, científico del Centro de Investigación en Biodiversidad y Clima de Frankfurt (Alemania) que realizó el estudio como trabajo de doctorado en el Museo Nacional de Ciencias
Naturales y en la Universidad de Copenhague.
"El estudio investiga la distribución de las principales amenazas para los anfibios y concluye que existe un cierto grado de coincidencia entre las amenazas derivadas del cambio climático y de presión humana sobre el territorio", afirma Miguel B. Araújo, investigador del MNCN que también participa en el trabajo. Por tanto, las regiones que más sufren el calentamiento global coinciden con las más afectadas por el cambio del uso de la tierra.
Un tercer peligro, la enfermedad de hongos quitridiomicosis, se da de manera aislada.Es una infección causada por el hongo Batrachochytrium dendrobatidis. Afecta a la piel de los anfibios, que es un órgano muy importante para la respiración y otras funciones fisiológicas. "El solapamiento entre las áreas con elevados impactos climáticos y aquellas con alta probabilidad de ocurrencia del hongo que causa a enfermedad de los anfibios es muy bajo", asegura Araújo. "Esto es importante porque, durante años, se pensó que podría haber una sinergia entre cambio climático y el aumento de la virulencia de esta enfermedad", añade.
Debido a que su morfología y su fisiología son muy sensibles al clima, el calentamiento global afecta especialmente a los anfibios. “Muchas especies dependen del agua o de condiciones de humedad”, dice Hof. Por otra parte, “las modificaciones del uso del suelo por parte del hombre están destruyendo, degradando y fragmentando los hábitats naturales que los anfibios necesitan para sobrevivir”, explica.
Delinear las regiones de mayor riesgo
Para estudiar la distribución de las amenazas han hecho modelizaciones a partir de datos de la “Evaluación Global de Anfibios”, cifras del cambio climático del IPCC, predicciones del futuro impacto de la quitridiomicosis y perspectivas del cambio de uso de la tierra de la “Evaluación de los Ecosistemas del Milenio”.
Los autores han estudiado 5.527 especies de anfibios, pero la valoración que han hecho es global, no particular de cada una. “Con nuestro estudio no podemos predecir un riesgo de extinción específico para cada una de ellas, pero podemos definir geográficamente las regiones que tienen más probabilidad de ser amenazadas en el futuro”, explica Hof.
Los investigadores concluyen que los esfuerzos para la conservación de especies tienen que priorizarse en función de la localización tanto de las amenazas como de la biodiversidad. “Es necesaria más investigación básica acerca de la distribución de los anfibios, su sensibilidad a las amenazas y las interacciones entre estos factores de riesgo”, afirma Hof.
Referencia Bibliográfica
Christian Hof, Miguel B. Araújo, Walter Jetz y Carsten Rahbek. “Additive threats from pathogens, climate and land-use change for global amphibian diversity”. Nature 479, 17 de noviembre de 2011. Doi: 10.1038

Tres investigadores en el Amazonas resuelven la duda sobre los beneficios del ecoturismo


El turismo ecológico no afecta a la presencia de grandes mamíferos en la Amazonia, según las conclusiones del primer estudio que compara la diversidad biológica de zonas destinadas a esta forma de ocio con la de áreas protegidas. Además, puede contribuir a proteger la biodiversidad de zonas no protegidas oficialmente pero vitales en el entramado ecológico.


SINC | 21 noviembre 2011 11:01
Desde que la ONU comenzó a promover el turismo ecológico a finales de los años 80 como solución para proteger el entorno sin renunciar a su explotación económica, la controversia sobre si el ecoturismo afectaba al entorno ha permanecido abierta.
Con la intención de descifrar este interrogante, dos investigadores españoles han pasado cuatro meses en plena Amazonia para cuantificar la presencia de grandes mamíferos en Bonanza, una finca privada destinada al ecoturismo dentro de la Reserva de la Biosfera de Manu. Sus resultados muestran que no sólo no perjudica a la riqueza biológica de la zona, sino que podría tener un efecto positivo en la biodiversidad de las áreas circundantes.
El estudio, de Salvador Salvador (Universidad de Girona) y Miguel Clavero, (Estación Biológica de Doñana-CSIC), en colaboración con Renata Leite del Centro para la Conservación Tropical de la Universidad de Duke (EE UU), ha sido publicado en la revista Mammarian Biology.
En sus análisis de Bonanza, los investigadores encontraron 41 especies de grandes mamíferos, frente a las 48 especies cuya presencia en la Reserva está documentada. Salvador afirma que “no pudimos observar ninguna afectación en la riqueza de especies, ninguna especie sensible a la presencia humana faltaba y, aunque no pudimos calcular densidades, especies como el tapir (Tapirus terrestris) o la huangana [voz local para referirse a otro tipo de jabalí, el Tayassu peccari] eran muy abundantes, incluso en comparación con zonas vírgenes”.
La duración del estudio, cuatro meses, permitió a los investigadores comparar además la presencia de fauna durante la temporada seca y la de lluvias.
Cuando se habla de ecoturismo, advierte Salvador “hay que diferenciar mucho, porque no es lo mismo un safari [fotográfico] en Kenia que lo que estudiamos en la Amazonia”. La importancia del estudio radica en que nunca antes se había contrastado la biodiversidad en áreas dedicadas al ecoturismo con la de zonas protegidas, al menos en la Amazonia.
“El ecosistema amazónico es muy extenso y la superficie afectada por el ecoturismo es poco significativa, y aún así, se habían registrado algunas especies a las que sí se molestaba”, dice Salvador. Una de estas era la nutria gigante (Pteronura brasiliensis), endémica de la zona y amenazada según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. “Eran casos concretos pero hasta nuestro trabajo, no había ninguna comparación real”, indica el experto. Las prácticas ecoturísticas inadecuadas que afectaban negativamente a la nutria estaban relacionadas sobre todo con el transporte fluvial, como los barcos de visitantes que en su recorrido se acercaban demasiado a la guarida de las nutrias.
Tras cuatro meses de trabajo de campo y entrevistas a los habitantes, los resultados mostraban que Bonanza cuenta con, “al menos un 85% de las especies”, y añade además que “es probable que las especies de zonas prístinas que no fueron encontradas en Bonanza aparezcan en el futuro, ya que ninguna de ellas, pese a su rareza, está descrita como especialmente sensible a la presencia humana”.
Importante función ecológica
Además de comprobar que el área dedicada al ecoturismo concentraba prácticamente las mismas especies de grandes mamíferos que las zonas de selva prístina, Salvador y sus colaboradores descubrieron diferencias entre distintos tipos de selva. “La Amazonia no es homogénea. El bosque que encuentras en la ribera de los grandes ríos es muy distinto al de tierra firme –dice Salvador–, y además es el más amenazado, ya que es donde los colonos tienden a instalarse”, debido a que estos bosques tienen un suelo más fértil por los sedimentos minerales que los ríos traen desde los Andes, y porque en la Amazonia los ríos equivalen a carreteras.
En su estudio, los investigadores descubrieron que los bosques aluviales (inundables) “son muy importantes porque muchas especies los utilizan de forma estacional. Hay una época de menos lluvias en las que los frutos se encuentran principalmente en estos bosques”, dice Salvador. El investigador afirma que este hallazgo, que refuerza teorías planteadas por otros autores, debería ser tenido en cuenta a la hora de elaborar medidas de protección ambiental.
Para el biólogo, “cuando proteges o dejas de proteger una zona de bosque aluvial no solo actúas sobre la fauna específica de este hábitat sino también sobre poblaciones que se distribuyen por áreas mucho mayores”. Actualmente, las políticas de conservación tienden a proteger grandes zonas de selva no inundadas, “de bajo interés para los colonos por su difícil acceso y suelos poco fértiles, por lo que el coste político de su conservación es bajo”, dice Salvador.
De ahí la importancia del ecoturismo, que tiende a instalarse en las riberas de los ríos por la facilidad de acceso, pero también “porque allí se encuentran especies que son atractivas, espectaculares y fáciles de ver, como los caimanes, la nutria gigante o agrupaciones de guacamayos en colpas”, apunta Salvador.
Los resultados del estudio sugieren que los terrenos dedicados al ecoturismo cerca de los grandes ríos pueden ser una alternativa para la conservación de zonas vitales en el entramado ecológico de la Amazonia, que frecuentemente quedan excluidas de los espacios oficialmente protegidos.

Referencia bibliográfica:
Salvador Salvador, Miguel Clavero, Renata Pitman. "Large mammal species richness and habitat use in an upper Amazonian forest used for ecotourism", Mammalian Biology, 76. 115-123, 2011. DOI 10.1016/j.mambio.2010.04.007

No hay paz sin respeto a la creación.


Benedicto XVI: “No hay paz sin respeto a la creación”
Mensaje para la próxima Jornada Mundial de la Paz
CIUDAD DEL VATICANO, martes 15 de diciembre de 2009 (ZENIT.org).- La promoción de la paz en el mundo y el respeto del medio ambiente están íntimamente relacionados. Así lo afirma el Papa Benedicto XVI en su mensaje para la próxima Jornada Mundial de la Paz, titulado “Si quieres la paz, protege la creación”.
La Santa Sede hizo público hoy el mensaje del Papa para la Jornada de este año, que como es tradición, tiene lugar cada 1 de enero. Siempre en esta fecha, desde Pablo VI, cada papa ha dedicado una reflexión sobre cuestiones de actualidad relativas a la paz en el mundo.
El mensaje de este año está dedicado a la cuestión del medio ambiente, y el propio Benedicto XVI explica que el motivo de haber elegido este tema es que la salvaguarda del medio ambiente “se ha hecho hoy esencial para la convivencia pacífica de la humanidad”.
Entre las muchas amenazas contra la paz, “no son menos preocupantes los peligros causados por el descuido, e incluso por el abuso que se hace de la tierra y de los bienes naturales que Dios nos ha dado”, afirma el Papa.
El Papa recordó que ya en 1990, su predecesor Juan Pablo II habló de “crisis ecológica”, haciendo notar “la urgente necesidad moral de una nueva solidaridad”.
“Este llamamiento se hace hoy todavía más apremiante ante las crecientes manifestaciones de una crisis, que sería irresponsable no tomar en seria consideración”, subrayó el Papa.
Entre ellas citó el cambio climático, la desertificación, el deterioro y la pérdida de productividad de amplias zonas agrícolas, la contaminación de los ríos y de las capas acuíferas, la pérdida de la biodiversidad, el aumento de sucesos naturales extremos, la deforestación de las áreas ecuatoriales y tropicales.
También se refirió a los conflictos causados por el acceso a los recursos, así como al “creciente fenómeno de los llamados 'prófugos ambientales', personas que deben abandonar el ambiente en que viven –y con frecuencia también sus bienes– a causa de su deterioro”.
“Todas éstas son cuestiones que tienen una repercusión profunda en el ejercicio de los derechos humanos como, por ejemplo, el derecho a la vida, a la alimentación, a la salud y al desarrollo”, afirma.
Deber moral
El cuidado del medio ambiente supone un deber de carácter ético hacia los pobres, que son quienes sufren mayormente las consecuencias de la degradación del medio ambiente, y las futuras generaciones.
“No se puede valorar la crisis ecológica separándola de las cuestiones ligadas a ella, ya que está estrechamente vinculada al concepto mismo de desarrollo y a la visión del hombre y su relación con sus semejantes y la creación”, afirma el Papa.
Es necesario, por tanto, “hacer una revisión profunda y con visión de futuro del modelo de desarrollo, reflexionando además sobre el sentido de la economía y su finalidad, para corregir sus disfunciones y distorsiones”.
“Lo exige el estado de salud ecológica del planeta; lo requiere también, y sobre todo, la crisis cultural y moral del hombre, cuyos síntomas son patentes desde hace tiempo en todas las partes del mundo”.
La raíz de la crisis es que “el ser humano se ha dejado dominar por el egoísmo, perdiendo el sentido del mandato de Dios, y en su relación con la creación se ha comportado como explotador, queriendo ejercer sobre ella un dominio absoluto”.
“Cuando el hombre, en vez de desempeñar su papel de colaborador de Dios, lo suplanta, termina provocando la rebelión de la naturaleza, más bien tiranizada que gobernada por él”, advirtió.
Por un lado, existe una responsabilidad hacia los países más pobres, que “sufren crecientes dificultades a causa de la negligencia o el rechazo por parte de tantos a ejercer un gobierno responsable respecto al medio ambiente”.
Por otro, se corre el riesgo de hipotecar el futuro de las próximas generaciones, pues “el ritmo actual de explotación pone en serio peligro la disponibilidad de algunos recursos naturales, no sólo para la presente generación, sino sobre todo para las futuras”.
“El deterioro ambiental es frecuentemente el resultado de la falta de proyectos políticos de altas miras o de la búsqueda de intereses económicos miopes, que se transforman lamentablemente en una seria amenaza para la creación”.
“Los costes que se derivan de la utilización de los recursos ambientales comunes no pueden dejarse a cargo de las generaciones futuras”, subraya Benedicto XVI.
La crisis ecológica “muestra la urgencia de una solidaridad que se proyecte en el espacio y el tiempo. En efecto, entre las causas de la crisis ecológica actual, es importante reconocer la responsabilidad histórica de los países industrializados”.
“No obstante, tampoco los países menos industrializados, particularmente aquellos emergentes, están eximidos de la propia responsabilidad respecto a la creación, porque el deber de adoptar gradualmente medidas y políticas ambientales eficaces incumbe a todos”, afirma el Papa.