miércoles, 21 de marzo de 2012

Colorido piso en la Sagrada Familia
Encuentra un apartmento para quedarte en Barcelona

lunes, 19 de marzo de 2012


Ana Frank o la realidad más testaruda
J.R. Ayllón

Hablar de Dios cuando la vida tiene otros alicientes es fácil, o por lo menos, no es arriesgado con uno mismo. Siempre hay la posibilidad de escapar y de convertir a Dios en una idea más. Cuando se está encerrado en un búnker con la amenaza sobre la cabeza, hablar de Dios es hablar de la realidad, de la más dolorosa, mirándola cara a cara. este es el caso de Ana Frank.
Dios no me ha abandonado y no me abandonará jamás.
Ana Frank (1929-1945). Una chiquilla que cumple trece años, extrovertida y simpática, siempre rodeada por una nube de amigas y admiradores. Pero es judía y tiene que esconderse para siempre porque los nazis no perdonan. Se oculta durante dos interminables años con sus padres y su hermana Margot, con el matrimonio Van Daan y su hijo Peter, con el dentista Dussel, con su Diario y con sus libros. Ocho náufragos en un escondrijo disimulado en la parte trasera de una nave comercial de Amsterdam, como ratas en su madriguera, donde es imposible la intimidad y a veces se hace insoportable la tensión. Ocho náufragos que no saben que sólo el padre de Ana se salvará y vivirá para publicar su Diario...
Para realzar todavía más en mi imaginación la idea de la amiga íntima que no tengo, no quisiera apuntar en este diario los hechos sin más, como hace todo el mundo, sino que haré que el propio diario sea esa amiga, y esa amiga se llamará Kitty.
Espero poder confiártelo todo como aún no lo he podido hacer con nadie, y espero que seas para mí un gran apoyo 
Los demás refugiados no se acostumbran al vuelco de sus vidas, pero Ana, animosa y optimista, prefiere imaginar que disfruta de unas vacaciones. Y estudia y lee, observa y escribe, mientras sueña con la libertad y sus amigas, con respirar aire puro y volver a sentarse en los bancos de la escuela... Un día -el 7 de noviembre de 1942- interpreta así su situación: «A veces pienso que Dios quiere ponerme a prueba.» Una prueba ciertamente dura, que en muchas ocasiones parece imposible de sobrellevar y obliga a Ana a emplear todos sus recursos en luchar contra la tristeza. El 20 de noviembre de 1942, escribe:
De nada sirve seguir apesadumbrados como ahora (...]. ¿Qué sentido tiene hacer de nuestro refugio una casa de melancolía? [...} Cuando algo me hace reír, se me hiela la risa en los labios y me digo que no tengo derecho a estar alegre, pero ¿es que tengo que pasarme el día llorando? No, no puedo hacer eso, y esta tristeza se me pasará [...}. Sin embargo, no puedo dejar de contarte que últimamente me siento muy abandonada, con un gran vacío a mi alrededor. Antes nunca pensaba en estas cosas, porque las diversiones y mis amigas ocupaban todos mis pensamientos. Ahora sólo pienso en cosas tristes o en mí misma.
Ana Frank y su marcada personalidad, su voluntad férrea, su tenacidad, su carácter jovial, su agudo sentido crítico para los demás y consigo misma... Por su independencia de criterio va a ser tachada injustamente de pretenciosa y rebelde, y va a sentirse siempre incomprendida por unos mayores que no le ahorran reproches constantes. El 7 de marzo de 1944, en
un balance de los casi dos años de encierro, escribe: 
Cuando me pongo a pensar en la vida que llevaba en 1942, todo me parece irreal. Esa vida de gloria la vivía una Ana Frank muy distinta de la Ana que aquí se ha vuelto tan juiciosa. Una vida de gloria, eso es lo que era. Un admirador en cada esquina, una veintena de amigas y conocidas, la favorita de la mayoría de los profesores, consentida por papá y mamá, muchas golosinas, dinero suficiente... ¿Qué más se podía pedir? [...}. Luego aquí, el cambio tan repentino, las peleas, las recriminaciones. No lograba entenderlo, me habían cogido por sorpresa, y la única postura que supe adoptar fue la de ser insolente.
Luego los primeros meses de 1943, los accesos de llanto, la soledad, el ir dándome cuenta paulatinamente de todos mis fallos y defectos, que son tan grandes y que parecían ser dos veces mayores [...}. Después del verano de ese año las cosas mejoraron. Dejé de ser tan niña, me empezaron a tratar como a una adulta. Comencé a pensar, a escribir cuentos, y llegué a-la conclusión de que los demás ya no tenían nada que ver conmigo, que no tenían derecho a empujarme de un lado para otro como si fuera el péndulo de un reloj. Quería reformarme a mí misma según mi propia voluntad. Comprendí que me podía pasar sin mamá, de manera total y absoluta, lo que me dolió, pero algo que me afectó mucho más fue darme cuenta de que papá nunca llegaría a ser mi confidente. Yo no confiaba en nadie más que en mí misma. 
En algunos momentos vemos a Ana leer la Biblia, pero sin mucho entusiasmo. Parece que sus padres le han transmitido una religión sin convencimiento, y en ninguna ocasión los Mandamientos del Sinaí aparecen para confirmar o dictar un juicio moral. Sin embargo, Ana habla de Dios y se dirige a Él en varias ocasiones, y lo hace con una tranquilidad y una confianza admirables. Una noche, antes de dormirse, le asalta el recuerdo vivísimo de Hanneli, una de sus mejores amigas, que había sido apresada por los nazis. Ana siente que los grandes ojos tristes de su amiga se clavan en ella, y puede leer sus reproches: «Ana, ¿por qué me has abandonado? ¡Ayúdame y hazme salir de este infierno!» Entonces recurre a lo único que está en su mano, pues «sólo puedo pedir a Dios que nos la devuelva» Y lo hace con esta oración:
Dios mío, apóyala para que al menos no se sienta sola. ¡Si pudieras decide lo mucho que la quiero y la compadezco, tal vez eso la ayudaría a seguir aguantando! [...]. Dios mío, protégela y haz que vuelva a estar con nosotros. Por ti, Hanneli, llego a comprender cuál hubiera podido ser mi suerte y constantemente me pongo en tu lugar [...]. Dios me ha dado más de lo que merezco y, sin embargo, cada día me hago más culpable. Cuando pienso en los demás, me pasaría el día llorando. No me queda más que pedir a Dios el milagro de salvar aún algunas vidas. ¡Espero estar rezando lo suficiente!
Otra noche -el 7 de enero de 1944- Ana sueña con Peter Wesel, un chico del que se había enamorado en la escuela primaria. Y ese sueño, en el que Peter le corresponde, le da alas dentro de su encierro y es interpretado como un regalo de Dios:
En medio de estos contratiempos, Dios me ha ayudado mandándome a Peter... Jugueteando con mi medallón, lo beso y pienso: «Todo me da lo mismo. Peter es mío y nadie lo sabe.» Así estoy en condiciones de soportar cualquier reprimenda. ¿Quién podría sospechar lo que ocurre en el alma de una colegiala?
La colegiala había cumplido 14 años el pasado junio. A la edad en que una chiquilla despierta a la vida y enriquece su personalidad con las múltiples relaciones que se le ofrecen, Ana no tuvo ante ella otro espectáculo que un húmedo alojamiento, un patio ajardinado y los siete inquilinos cuya suerte debía compartir, entre ellos otro Peter, el hijo de los señores Van Daan. Era tres años mayor que ella, pero su timidez y la vivacidad de Ana compensaban esa diferencia de edad. Gracias a él, en lugar de marchitarse en su escondrijo, Ana pudo abrirse a la amistad y al amor. El descubrimiento de ambos sentimientos inspiró el 23 de febrero de 1944 una página maravillosa:
Desde ayer hace un tiempo estupendo y yo me siento como nueva. Mis escritos, que son lo más preciado que poseo, van viento en popa. Casi todas las mañanas subo al desván para purificar el aire viciado de la habitación que llevo en mis pulmones. Cuando subí esta mañana, estaba Peter allí, ordenando cosas. Acabó rápido y vino adonde yo estaba, sentada en el suelo, en mi rincón favorito. Los dos miramos el cielo azul, el castaño sin hojas con sus ramas llenas de gotitas resplandecientes, las gaviotas y demás pájaros que al volar por encima de nuestras cabezas parecían de plata, y todo esto nos conmovió y nos sobrecogió tanto que no podíamos hablar. Peter estaba de pie, con la cabeza apoyada contra una gruesa viga, y yo seguía sentada. Respiramos el aire, miramos hacia fuera y sentimos que era algo que no había que interrumpir con palabras.
Después Peter subió a la buhardilla y Ana lo siguió. Él se puso a cortar leña y ella lo observó durante un cuarto de hora, sin mediar palabra, viendo cómo se esforzaba en demostrar su fuerza. Luego Ana se asomó a la ventana desde donde podía divisar gran parte de la ciudad y, por encima de los tejados, el horizonte, que ese día era de un azul celeste muy claro. El Diario refleja en esa página el entusiasmo de su autora, porque el amor, la belleza de la naturaleza y su Autor flotaban en el ambiente:
Mientras exista este sol y este cielo tan despejado, y yo pueda vedo -pensé-, no podré estar triste. Para todo el que tiene miedo, o se siente solo o desgraciado, el mejor remedio es salir al aire libre y encontrar un lugar donde poder estar totalmente solo, a solas con el cielo, con la Naturaleza y con Dios. Porque sólo entonces se siente que todo es como debe ser, y que Dios quiere ver a los hombres dichosos en la humilde pero hermosa Naturaleza.
En la experiencia del amor y de la hermosura del mundo intuye Ana la armonía que Dios desea entre el hombre y la naturaleza. Paul Claudel ha escrito que el amor nos hace traspasar las puertas del Edén, donde Dios se paseaba al atardecer, plenamente acogido por su Creación, donde Adán y su mujer podían sentir a su alrededor la belleza de las criaturas. Ana concluye sus reflexiones anteriores dirigiéndose a Peter:
Yo, como tú, ansío tener un poco de aire y de libertad, pero creo que nos han dado compensación de sobra por estas carencias. Quiero decir, compensación por dentro. Esta mañana, cuando estaba asomada a la ventana mirando hacia fuera, mirando en realidad fija y profundamente a Dios y a la Naturaleza, me sentí dichosa, únicamente dichosa [...]. Inténtalo tú también, alguna vez que te sientas solo y desdichado o triste y estés en la buhardilla cuando haga un tiempo hermoso. No mires las casas y los tejados, sino al cielo.
Mientras puedas mirar al cielo sin temor, sabrás que eres puro por dentro y que, pase lo que pase, volverás a ser feliz.
Ana Frank ve a Dios en la naturaleza1 y en sus palabras exultantes resuenan aquellas otras inolvidables de las Confesiones, cuando el joven Agustín pregunta por el Creador a sus criaturas. Y nos recuerdan también los versos de san Juan de la Cruz en el Cántico espiritual:
Mi Amado, las montañas,
los valles solitarios nemorosos, las ínsulas extrañas,
los ríos sonorosos,
el silbo de los aires amorosos...
 
El poeta, al comentar sus propios versos, dirá que las montañas, con su majestuosa grandeza, le recuerdan a Dios. y también los valles y los ríos, con su quietud y su verdor, con el rumor del agua, las arboledas y el canto de los pájaros, pues Dios es también deleite, descanso y sosiego para el alma. Ni en estos versos ni en las palabras de Ana Frank hay panteísmo, sino el reconocimiento y la contemplación de Dios a través de sus obras. Hay, además, entre Ana y el fraile castellano, un sorprendente paralelismo biográfico. En diciembre de 1577, cuando tenía treinta y cinco años de edad, Juan de la Cruz fue raptado y encarcelado. Ocho meses más tarde, cuando ya se le daba por muerto, se descolgó de noche con una soguilla que había fabricado deshilachando a escondidas una manta. Durante la estancia en el mínimo calabozo -seis pies de ancho por diez de largo-, con unas hierbas como jergón, con tres rebanadas de pan seco y medio vaso de agua al día, con palizas diarias, el futuro santo iba forjando los versos del poema más sublime escrito en lengua castellana. Hoy nos asombra la magia con la que transfigura aquel desacomodado, frío, lóbrego y maloliente encierro en bosques y espesuras plantadas por la mano del Amado, en sotos hermoseados con su sola figura, en fuentes de semblantes plateados, en rosales donde el ámbar perfuma...
La sensibilidad de Ana Frank, a pesar de su encierro y del temor a la muerte, también floreció en múltiples destellos de alegría y libertad interior, de reflexión equilibrada, de interés por el estudio, de gusto por la lectura y de contemplación de la naturaleza. El 7 de marzo de 1944, tras los párrafos ya citados, escribe: 
Ahora no vivo más que para Peter, porque de él dependerá en gran medida lo que me ocurra de ahora en adelante. Y por las noches, cuando acabo mis rezos pronunciando las palabras «Te doy gracias por todas las cosas buenas, queridas y hermosas», oigo gritos de júbilo dentro de mí, porque pienso en esas «cosas buenas», como nuestro refugio, mi buena salud y todo mi ser, en las cosas queridas, como Peter yeso diminuto que ninguno de los dos se atreve a nombrar: el amor, el futuro, la dicha, y en las cosas hermosas, como el mundo, la Naturaleza y la gran belleza de todas las cosas hermosas juntas.
Pero las circunstancias del encierro y la inestabilidad propia de la adolescencia convierten los estados de ánimo de Ana en una montaña tusa emocional. El 5 de mayo, molesta porque su padre no quiere que esté a solas con Peter, decide explicarle por escrito lo que piensa, y deja una carta en su bolsillo:
Desde que estamos aquí, desde julio de 1942 hasta hace algunas semanas, las cosas no han sido fáciles para mí Si supieras lo mucho que he llorado por las noches, lo desesperanzada y desdichada que he sido, lo sola que me he sentido, comprenderás por qué quiero ir arriba.
El 31 de marzo de 1944, después de contar lo bien que lo pasa charlando con Peter, Ana cierra esa página con una sorprendente afirmación: «Mi vida aquí ha mejorado mucho, muchísimo. Dios no me ha dejado sola, ni me dejará.»Sin embargo, pronto descubrirá que es Peter quien no estáa la altura de lo que ella busca, porque la falta de carácter y la pobreza interior del chico dificultan la confidencia mutua de ideas y sentimientos. E16 de julio de 1944 leemos en el Diario:
Me entra un miedo terrible cuando Peter dice que más tarde quizá se haga criminal o especulador. Aunque ya sé que lo dice en broma, me da la sensación de que él mismo tiene miedo de su débil carácter. Una y otra vez, tanto Margot como Peter me dicen: «Claro, si yo tuviera tu fuerza y tu valor, si yo pudiera imponer mi voluntad como lo haces tú, si tuviera tu energía y tu perseverancia...» [...] No comprendo a la gente a la que no le gusta el trabajo, pero lo mismo me pasa con Peter, que no tiene ninguna meta fija y se cree demasiado ignorante e inferior como para conseguir cualquier cosa que se pueda proponer. Pobre chico, no sabe lo que significa hacer felices a los demás, y yo tampoco puedo enseñárselo. No tiene religión, se mofa de Jesucristo y usa el nombre de Dios irrespetuosamente. Aunque yo tampoco soy ortodoxa, me duele cada vez que noto lo abandonado, lo despreciativo y lo pobre de espíritu que es.
A diferencia de Peter, Ana sabe muy bien lo que quiere. Si siempre se ha sentido rebosante de ideas e ideales, con ganas de comerse el mundo y de anticiparse al futuro, la redacción del Diario le ha servido para concretar esa ebullición en la profesión de periodista. El 5 de abril de 1944 se pregunta qué sentido tiene su exigente horario de estudio en el refugio, cuando el fin de la guerra parece remoto e irreal. Ésta es su respuesta:
Debo seguir estudiando, para no ser ignorante, para progresar, para ser periodista, porque eso es lo que quiero ser [...} Antes siempre me lamentaba por no saber dibujar, pero ahora estoy más que contenta de que al menos sé escribir [oo.}. Quiero progresar; no puedo imaginarme que tuviera que vivir como mamá, la señora Van Daan y todas esas mujeres que hacen sus tareas y que más tarde todo el mundo olvidará. Aparte de un marido e hijos, necesito otra cosa a la que dedicarme. No quiero haber vivido para nada, como la mayoría de las personas. Quiero ser de utilidad y alegría para los que vivan a mi alrededor, aun sin conocerme. ¡Quiero seguir viviendo, aun después de muerta! Y por eso agradezco tanto a Dios que me haya dado desde que nací la oportunidad de instruirme y de escribir, o sea, de expresar todo lo que llevo dentro de mí. Cuando escribo se me pasa todo, mis penas desaparecen, mi valentía revive. Pero entonces surge la gran pregunta: ¿Podré escribir algo grande algún día? ¿Llegaré algún día a ser periodista y escritora?
El 4 de agosto de 1944, policías de las SS detuvieron a los ocho escondidos, los separaron y los enviaron a campos de concentración. Relatos de supervivientes, recogidos por E. Schnabel, permiten sorprender algunas instantáneas de los últimos días de Ana. Madame de Wiek la reuerda en Auschwitz, con la cabeza rapada y sus grandes ojos negros, sentada cerca de la cama de un chiquillo de doce años llamado David: «Ana y él hablaban siempre de Dios.»
Su jovialidad había desaparecido, pero seguía siendo viva y afectuosa. Para pasar lista, para el trabajo, para la distribución de alimentos, estábamos divididas en grupos de cinco (por lo demás, sólo teníamos una taza para cada cinco). Ana era la más joven de su grupo, y sin embargo era la jefa, y repartía el pan en el barracón: lo hacía bien, con equidad, y a nadie se oyó reclamar.
La veo de pie ante la puerta, mirando el camino por donde se empujaba a un grupo de gitanas, completamente desnudas, hacia el horno crematorio. Ana las seguía con los ojos, llorando. Y lloró también cuando desfilamos ante los niños húngaros, unos niños que esperaban desde hacía doce horas, desnudos bajo la lluvia, el turno para pasar a la cámara de gas. Ana me dio con el codo y me dijo: «Fíjate en sus ojos.» y lloraba, mientras que a la mayoría de nosotras hacía ya mucho que se nos habían agotado las lágrimas. 
De Auschwitz, Ana y Margot fueron trasladadas a Bergen-Belsen. Como consecuencia de las desastrosas condiciones higiénicas, hubo una epidemia de tifus que costó la vida a miles de internados, entre ellos Margot. «En aquellos momentos, Ana estaba demasiado enferma para anunciarle la muerte de su hermana, pero lo adivinó todo. Algunos días más tarde murió también ella, apaciblemente, con la certeza de que la muerte no era una desgracia.» La fecha de ambas muertes ha de situarse entre finales de febrero y principios de marzo de 1945. Sus restos yacen, seguramente, en las fosas comunes del campo, liberado por las tropas inglesas el 12 de abril de ese mismo año. Al terminar la lectura de su Diario, Daniel Rops se preguntaba qué mujer hubiera sido la maravillosa niña que, sin darse cuenta, escribió esa obra maestra. Y le parecía indudable que, a pesar de las horribles apariencias, ese Dios al que ella definía imprecisamente, pero cuya imagen exacta llevaba en el corazón, no la habrá abandonado.
Tomado de "Dios y los náufragos", de J. R. Ayllón (ed. Belacqua 2002)

El alma de Europa, ¿diluida en los mercados?
En un artículo publicado por The TimesJonathan Sacks, Gran Rabino del Reino Unido hace un llamamiento a judíos y cristianos para "recuperar el alma" de Europa:

Mientras los líderes europeos se reúnen para salvar el euro y la Unión Europea, creo que ha llegado la hora de que los líderes religiosos unan fuerzas también.
La tarea que tenemos por delante no concierne a Católicos y Judíos, o a Judíos y Cristianos, sino a Judíos y Cristianos por un lado, y por el otro a las crecientes y agresivas fuerzas secularistas de la Europa de hoy, que desafían y ridiculizan nuestra fe.

Cuando una civilización pierde su fe, pierde su futuro. Cuando recupera su fe, recupera su futuro. Por el bien de nuestros hijos, y por el de los suyos que aún no han nacido, nosotros -Judíos y Cristianos, lado a lado- debemos renovar nuestra fe y la voz profética de esta fe. Debemos ayudar a que Europa recupere su alma.

La idea de que los líderes religiosos salven el euro y la UE suena absurda. ¿Qué tendrá que ver la religión con la economía, o la espiritualidad con las instituciones financieras? La respuesta es que el mercado económico tiene raíces religiosas. Emergió en una Europa llena de valores judeo-cristianos. En la Biblia Hebrea, por ejemplo, la prosperidad material es una bendición divina. La pobreza quiebra tanto el espíritu humano como el cuerpo, y aliviarla es un deber sagrado.

Las primeras herramientas financieras del capitalismo moderno se desarrollaron en el siglo 14, en los bancos de las ciudades cristianas de Florencia, Pisa, Génova y Venecia. Max Webber detectó la relación entre la ética protestante y el espíritu del capitalismo. Michael Novak hizo lo mismo con el Catolicismo. Los Judíos, que representan un quinto del uno por ciento de la población mundial, han ganado más del 30% de los premios Nobel de economía. Cuando le pregunté al especialista en economía del desarrollo Jeffrey Sachs por su vocación profesional, me contestó sin dudar, tikkun olam, el imperativo judío de "sanar a un mundo herido". El nacimiento de la economía moderna es inseparable de sus raíces judeo-cristianas.

Pero no estamos ante un equilibrio estable. El capitalismo es un proceso constante de destrucción creativa. El mercado mina los mismos valores que le hicieron emerger en un primer momento. La cultura del consumo es la antítesis profunda de la dignidad humana. Inflama el deseo, erosiona la felicidad, debilita la capacidad para posponer la satisfacción puramente sensual, y nos impide distinguir entre el precio de las cosas y su valor.

En lugar de ver el sistema tal y como lo hizo Adam Smith, es decir como un medio de orientar el interés personal al bien común, corremos el riesgo de transformarlo en un medio para potenciar el interés personal en detrimento del bien común. En lugar de tener un mercado acotado por principios morales, utilizamos al mercado como sustituto de los principios morales mismos. Si puedes comprarlo, negociarlo, conseguirlo y permitírtelo, entonces tienes derecho a ello -como dicen los anunciantes- porque te lo mereces. El mercado deja de ser un mero sistema para convertirse en una ideología por derecho propio.
El mercado nos ofrece posibilidades, de tal modo que la moralidad en sí misma se reduce a una serie de elecciones en las que el bien o el mal carecen de sentido más allá de la satisfacción o frustración del deseo. El fenómeno que caracteriza a la persona humana, la capacidad de emitir un juicio más allá de la inmediatez, de no sentir un deseo únicamente sino de preguntarse también si debería o no satisfacerlo, supone una redundancia. Cada vez nos cuesta más aceptar que puede haber cosas que podamos y queramos hacer, y que estén aceptadas por la ley, pero que sin embargo no deberíamos llevar a cabo porque son injustas, deshonrosas, desleales o degradantes. Cuando el Homo economicus desplaza al Homo sapiens, el fundamentalismo del mercado es quien manda.

Hay un dicho Americano muy sabio: nunca malgastes una crisis. Y la actual crisis económica y financiera nos ofrece una oportunidad fuera de lo común para detenernos y reflexionar sobre el camino que hemos tomado y adónde nos lleva.

Los instrumentos financieros son el núcleo de la crisis actual, las hipotecas subprime y la titulización de los riesgos fueron tan complejos que los gobiernos, las autoridades reguladoras, e incluso algunos de los propios banqueros fallaron a la hora de entenderlas y ver la extremada vulnerabilidad que les acompañaba. Aquellos que animaron a la gente a que pidiera hipotecas que luego no podrían pagar, han faltado a lo que enseña la Biblia: "no pondrás un obstáculo delante de un ciego" (Lv. 19, 14)

La acumulación de deuda personal y colectiva en América y Europa tendría que haber servido de alerta para cualquier persona familiarizada con el año Sabático y el año del Jubileo, instituidos en la Biblia, y que precisamente fueron creados por el peligro del endeudamiento. Aquellos que fomentaron esta actitud temeraria se protegieron a ellos mismos de las consecuencias, pero no a los demás. En definitiva, el fracaso financiero es el resultado del fracaso moral: un fracaso que supone una responsabilidad a largo plazo con las sociedades de las que formamos parte y con futuras generaciones que tendrán que pagar por nuestros errores. Considerar al mercado como un fin y no como un medio amplía aún más las dimensiones de este fracaso.
La Biblia ilustra de forma muy gráfica qué es lo que ocurre cuando uno deja de considerar el oro como un medio de intercambio para empezar a verlo como un objeto de adoración. El ídolo del Becerro de Oro. El antídoto contra este ídolo: el Sabbat, un día a la semana en el que ni se trabaja ni se contrata, ni se compra ni se gasta. Es tiempo dedicado a cosas que tienen valor, no un precio: la familia, la comunidad, y el agradecimiento a Dios por lo que tenemos, en lugar de preocuparnos por lo que nos falta. No es casualidad que en Gran Bretaña, el domingo y los mercados financieros fueran regulados al mismo tiempo.

Los mercados necesitan valores morales. Tendemos a olvidar que las palabras clave del mercado económico son profundamente religiosas. "Crédito" viene del latín credo, que significa "creo". "Confianza" viene del latín y significa "fe compartida". El fideicomiso (el "trust" en inglés) es un concepto moral y religioso.

Intenta llevar una economía sin confianza y sin fideicomisos, y comprobarás que es imposible. Fue la quiebra de la confianza lo que llevó a la crisis de los bancos. Y la confianza no puede ser creada por los sistemas. La confianza depende de una ética del honor y de la responsabilidad interiorizada por aquellos que regulan los sistemas.

Estabilizar el euro es una cosa, sanar la cultura que lo rodea es otra muy distinta. Un mundo en el que los valores materiales lo son todo y en el que los valores espirituales no significan nada, no puede constituir ni un Estado equilibrado ni una sociedad buena. Ha llegado la hora de recuperar la ética judeo-cristiana basada en la dignidad del Hombre a imagen de Dios. La Humanidad no fue creada para servir a los mercados. Los mercados fueron creados para servir a la Humanidad.
Publicado en The Times, el 12 de Diciembre de 2011

martes, 22 de noviembre de 2011


Aquí os pongo un extracto de el Código Etico Mundial para el Turismo elaborado por la Organización Mundial del Turismo (OMT) en la que se define, entre sus 10 artículos, lo que es o debería ser el Ecoturismo (Turismo Ecológico). Al final os pongo un link al texto completo y otro link sobre opiniones de lo que es el Ecoturismo.


ARTICULO 1: Contribución del turismo al entendimiento y al respeto mutuos entre hombres y sociedades.
1. La comprensión y la promoción de los valores éticos comunes de la humanidad, en un espíritu de tolerancia y respeto de la diversidad de las creencias religiosas, filosóficas y morales son, a la vez, fundamento y consecuencia de un turismo responsable. Los agentes del desarrollo turístico y los propios turistas prestarán atención a las tradiciones y prácticas sociales y culturales de todos los pueblos, incluso a las de las minorías nacionales y de las poblaciones autóctonas, y reconocerán su riqueza.
2. Las actividades turísticas se organizarán en armonía con las peculiaridades y tradiciones de las regiones y países receptores, y con respeto a sus leyes y costumbres.
3. Tanto las comunidades receptoras como los agentes profesionales locales habrán de aprender a conocer y a respetar a los turistas que los visitan, y a informarse sobre su forma de vida, sus gustos y sus expectativas. La educación y la formación que se impartan a los profesionales contribuirán a un recibimiento hospitalario de los turistas.
4. Las autoridades públicas tienen la misión de asegurar la protección de los turistas y visitantes y de sus bienes. En ese cometido, prestarán especial atención a la seguridad de los turistas extranjeros, por su particular vulnerabilidad. Con ese fin, facilitarán el establecimiento de medios de información, prevención, protección, seguro y asistencia específicos que correspondan a sus necesidades. Los atentados, agresiones, secuestros o amenazas dirigidos contra turistas o trabajadores del sector turístico, así como la destrucción intencionada de instalaciones turísticas o de elementos del patrimonio cultural o natural, de conformidad con la legislación nacional respectiva deben condenarse y reprimirse con severidad.
5. En sus desplazamientos, los turistas y visitantes evitarán todo acto criminal o considerado delictivo por las leyes del país que visiten, y cualquier comportamiento que pueda resultar chocante o hiriente para la población local, o dañar el entorno del lugar. Se abstendrán de cualquier tipo de tráfico de drogas, armas, antigüedades, especies protegidas, y productos y sustancias peligrosos o prohibidos por las reglamentaciones nacionales.
6. Los turistas y visitantes tienen la responsabilidad de recabar información, desde antes de su salida, sobre las características del país que se dispongan a visitar. Asimismo, serán conscientes de los riesgos de salud y seguridad inherentes a todo desplazamiento fuera de su entorno habitual, y se comportarán de modo que minimicen esos riesgos.



ARTICULO 2: El turismo, instrumento de desarrollo personal y colectivo.
1. El turismo, que es una actividad generalmente asociada al descanso, a la diversión, al deporte y al acceso a la cultura y a la naturaleza, debe concebirse y practicarse como un medio privilegiado de desarrollo individual y colectivo. Si se lleva a cabo con la apertura de espíritu necesaria, es un factor insustituible de autoeducación, tolerancia mutua y aprendizaje de las legítimas diferencias entre pueblos y culturas y de su diversidad.
2. Las actividades turísticas respetarán la igualdad de hombres y mujeres. Asimismo, se encaminarán a promover los derechos humanos y, en particular, los derechos específicos de los grupos de población más vulnerables, especialmente los niños, las personas mayores y minusválidas, las minorías étnicas y los pueblos autóctonos.
3. La explotación de seres humanos, en cualquiera de sus formas, especialmente la sexual, y en particular cuando afecta a los niños, vulnera los objetivos fundamentales del turismo y constituye una negación de su esencia. Por lo tanto, conforme al derecho internacional, debe combatirse sin reservas con la cooperación de todos los Estados interesados, y sancionarse con rigor en las legislaciones nacionales de los países visitados y de los países de los autores de esos actos, incluso cuando se hayan cometido en el extranjero.
4. Los desplazamientos por motivos de religión, salud, educación e intercambio cultural o lingüístico constituyen formas particularmente interesantes de turismo, y merecen fomentarse.
5. Se favorecerá la introducción en los programas de estudios de la enseñanza del valor de los intercambios turísticos, de sus beneficios económicos, sociales y culturales, y también de sus riesgos.



ARTICULO 3: El turismo, factor de desarrollo sostenible.
1. Todos los agentes del desarrollo turístico tienen el deber de salvaguardar el medio ambiente y los recursos naturales, en la perspectiva de un crecimiento económico saneado, constante y sostenible, que sea capaz de satisfacer equitativamente las necesidades y aspiraciones de las generaciones presentes y futuras.
2. Las autoridades públicas nacionales, regionales y locales favorecerán e incentivarán todas las modalidades de desarrollo turístico que permitan ahorrar recursos naturales escasos y valiosos, en particular el agua y la energía, y evitar en lo posible la producción de desechos.
3. Se procurará distribuir en el tiempo y en el espacio los movimientos de turistas y visitantes, en particular por medio de las vacaciones pagadas y de las vacaciones escolares, y equilibrar mejor la frecuentación, con el fin de reducir la presión que ejerce la actividad turística en el medio ambiente y de aumentar sus efectos beneficiosos en el sector turístico y en la economía local.
4. Se concebirá la infraestructura y se programarán las actividades turísticas de forma que se proteja el patrimonio natural que constituyen los ecosistemas y la diversidad biológica, y que se preserven las especies en peligro de la fauna y de la flora silvestre. Los agentes del desarrollo turístico, y en particular los profesionales del sector, deben admitir que se impongan limitaciones a sus actividades cuando éstas se ejerzan en espacios particularmente vulnerables: regiones desérticas, polares o de alta montaña, litorales, selvas tropicales o zonas húmedas, que sean idóneos para la creación de parques naturales o reservas protegidas.
5. El turismo de naturaleza y el ecoturismo se reconocen como formas de turismo particularmente enriquecedoras y valorizadoras, siempre que respeten el patrimonio natural y la población local y se ajusten a la capacidad de ocupación de los lugares turísticos.



ARTICULO 4: El turismo, factor de aprovechamiento y enriquecimiento del patrimonio cultural de la humanidad.
1. Los recursos turísticos pertenecen al patrimonio común de la humanidad. Las comunidades en cuyo territorio se encuentran tienen con respecto a ellos derechos y obligaciones particulares.
2. Las políticas y actividades turísticas se llevarán a cabo con respeto al patrimonio artístico, arqueológico y cultural, que deben proteger y transmitir a las generaciones futuras. Se concederá particular atención a la protección y a la rehabilitación de los monumentos, santuarios y museos, así como de los lugares de interés histórico o arqueológico, que deben estar ampliamente abiertos a la frecuentación turística. Se fomentará el acceso del público a los bienes y monumentos culturales de propiedad privada con todo respeto a los derechos de sus propietarios, así como a los edificios religiosos sin perjuicio de las necesidades del culto.
3. Los recursos procedentes de la frecuentación de los sitios y monumentos de interés cultural habrían de asignarse preferentemente, al menos en parte, al mantenimiento, a la protección, a la mejora y al enriquecimiento de ese patrimonio.
4. La actividad turística se organizará de modo que permita la supervivencia y el florecimiento de la producción cultural y artesanal tradicional, así como del folklore, y que no conduzca a su normalización y empobrecimiento.



ARTICULO 5: El turismo, actividad beneficiosa para los países y las comunidades de destino.
1. Las poblaciones y comunidades locales se asociarán a las actividades turísticas y tendrán una participación equitativa en los beneficios económicos, sociales y culturales que reporten, especialmente en la creación directa e indirecta de empleo a que den lugar.
2. Las políticas turísticas se organizarán de modo que contribuyan a mejorar el nivel de vida de la población de las regiones visitadas y respondan a sus necesidades. La concepción urbanística y arquitectónica y el modo de explotación de las estaciones y de los medios de alojamiento turístico tenderán a su óptima integración en el tejido económico y social local. En igualdad de competencia, se dará prioridad a la contratación de personal local.
3. Se prestará particular atención a los problemas específicos de las zonas litorales y de los territorios insulares, así como de las frágiles zonas rurales y de montaña, donde el turismo representa con frecuencia una de las escasas oportunidades de desarrollo frente al declive de las actividades económicas tradicionales.
4. De conformidad con la normativa establecida por las autoridades públicas, los profesionales del turismo, y en particular los inversores, llevarán a cabo estudios de impacto de sus proyectos de desarrollo en el entorno y en los medios naturales. Asimismo, facilitarán con la máxima transparencia y la objetividad pertiniente toda la información relativa a sus programas futuros y a sus consecuencias previsibles, y favorecerán el diálogo sobre su contenido con las poblaciones interesadas.



ARTICULO 6: Obligaciones de los agentes del desarrollo turístico.
1. Los agentes profesionales del turismo tienen obligación de facilitar a los turistas una información objetiva y veraz sobre los lugares de destino y sobre las condiciones de viaje, recepción y estancia. Además, asegurarán la absoluta transparencia de las cláusulas de los contratos que propongan a sus clientes, tanto en lo relativo a la naturaleza, al precio y a la calidad de las prestaciones que se comprometen a facilitar como a las compensaciones financieras que les incumban en caso de ruptura unilateral de dichos contratos por su parte.
2. En lo que de ellos dependa, y en cooperación con las autoridades públicas, los profesionales del turismo velarán por la seguridad, la prevención de accidentes, la protección sanitaria y la higiene alimentaria de quienes recurran a sus servicios. Se preocuparán por la existencia de sistemas de seguros y de asistencia adecuados. Asimismo, asumirán la obligación de rendir cuentas, conforme a las modalidades que dispongan las reglamentaciones nacionales y, cuando corresponda, la de abonar una indemnización equitativa en caso de incumplimiento de sus obligaciones contractuales.
3. En cuanto de ellos dependa, los profesionales del turismo contribuirán al pleno desarrollo cultural y espiritual de los turistas y permitirán el ejercicio de sus prácticas religiosas durante los desplazamientos.
4. En coordinación con los profesionales interesados y sus asociaciones, las autoridades públicas de los Estados de origen y de los países de destino velarán por el establecimiento de los mecanismos necesarios para la repatriación de los turistas en caso de incumplimiento de las empresas organizadoras de sus viajes.
5. Los Gobiernos tienen el derecho –y el deber–, especialmente en casos de crisis, de informar a sus ciudadanos de las condiciones difíciles, o incluso de los peligros con los que puedan encontrarse con ocasión de sus desplazamientos al extranjero. Sin embargo, les incumbe facilitar esas informaciones sin perjudicar de forma injustificada ni exagerada el sector turístico de los países receptores y los intereses de sus propios operadores. El contenido de las advertencias eventuales habrá, por tanto, de discutirse previamente con las autoridades de los países de destino y con los profesionales interesados. Las recomendaciones que se formulen guardarán estricta proporción con la gravedad de las situaciones reales y se limitarán a las zonas geográficas donde se haya comprobado la situación de inseguridad. Esas recomendaciones se atenuarán o anularán en cuanto lo permita la vuelta a la normalidad.
6. La prensa, y en particular la prensa especializada en turismo, y los demás medios de comunicación, incluidos los modernos medios de comunicación electrónica, difundirán una información veraz y equilibrada sobre los acontecimientos y las situaciones que puedan influir en la frecuentación turística. Asimismo, tendrán el cometido de facilitar indicaciones precisas y fiables a los consumidores de servicios turísticos. Para ese fin, se desarrollarán y se emplearán las nuevas tecnologías de comunicación y comercio electrónico que, al igual que la prensa y los demás medios de comunicación, no habrán de facilitar en modo alguno el turismo sexual.



ARTICULO 7: Derecho al turismo.
1. La posibilidad de acceso directo y personal al descubrimiento de las riquezas de nuestro mundo constituirá un derecho abierto por igual a todos los habitantes de nuestro planeta. La participación cada vez más difundida en el turismo nacional e internacional debe entenderse como una de las mejores expresiones posibles del continuo crecimiento del tiempo libre, y no se le opondrá obstáculo ninguno.
2. El derecho al turismo para todos debe entenderse como consecuencia del derecho al descanso y al ocio, y en particular a la limitación razonable de la duración del trabajo y a las vacaciones pagadas periódicas, que se garantiza en el artículo 24 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y en el artículo 7.d del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.
3. Con el apoyo de las autoridades públicas, se desarrollará el turismo social, en particular el turismo asociativo, que permite el acceso de la mayoría de los ciudadanos al ocio, a los viajes y a las vacaciones.
4. Se fomentará y se facilitará el turismo de las familias, de los jóvenes y de los estudiantes, de las personas mayores y de las que padecen minusvalías.



ARTICULO 8: Libertad de desplazamiento turístico.
1. Con arreglo al derecho internacional y a las leyes nacionales, los turistas y visitantes se beneficiarán de la libertad de circular por el interior de sus países y de un Estado a otro, de conformidad con el artículo 13 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y podrán acceder a las zonas de tránsito y estancia, así como a los sitios turísticos y culturales sin formalidades exageradas ni discriminaciones.
2. Se reconoce a los turistas y visitantes la facultad de utilizar todos los medios de comunicación disponibles, interiores y exteriores. Se beneficiarán de un acceso rápido y fácil a los servicios administrativos, judiciales y sanitarios locales, y podrán ponerse libremente en contacto con las autoridades consulares del país del que sean ciudadanos conforme a los convenios diplomáticos vigentes.
3. Los turistas y visitantes gozarán de los mismos derechos que los ciudadanos del país que visiten en cuanto a la confidencialidad de los datos sobre su persona, en particular cuando esa información se almacene en soporte electrónico.
4. Los procedimientos administrativos de paso de las fronteras establecidos por los Estados o por acuerdos internacionales, como los visados, y las formalidades sanitarias y aduaneras se adaptarán para facilitar al máximo la libertad de los viajes y el acceso de la mayoría de las personas al turismo internacional. Se fomentarán los acuerdos entre grupos de países para armonizar y simplificar esos procedimientos. Los impuestos y gravámenes específicos que penalicen el sector turístico y mermen su competitividad habrán de eliminarse o corregirse progresivamente.
5. Siempre que lo permita la situación económica de los países de los que procedan, los viajeros podrán disponer de las asignaciones de divisas convertibles que necesiten para sus desplazamientos.



ARTICULO 9: Derechos de los trabajadores y de los empresarios del sector turístico.
1. Bajo la supervisión de las administraciones de sus Estados de origen y de los países de destino, se garantizarán especialmente los derechos fundamentales de los trabajadores asalariados y autónomos del sector turístico y de las actividades conexas, habida cuenta de las limitaciones específicas vinculadas a la estacionalidad de su actividad, a la dimensión global de su sector y a la flexibilidad que suele imponer la naturaleza de su trabajo.
2. Los trabajadores asalariados y autónomos del sector turístico y de las actividades conexas tienen el derecho y el deber de adquirir una formación inicial y continua adecuada. Se les asegurará una protección social suficiente y se limitará en todo lo posible la precariedad de su empleo. Se propondrá un estatuto particular a los trabajadores estacionales del sector, especialmente en lo que respecta a su protección social.
3. Siempre que demuestre poseer las disposiciones y calificaciones necesarias, se reconocerá a toda persona física y jurídica el derecho a ejercer una actividad profesional en el ámbito del turismo, de conformidad con la legislación nacional vigente. Se reconocerá a los empresarios y a los inversores –especialmente en el ámbito de la pequeña y mediana empresa– el libre acceso al sector turístico con el mínimo de restricciones legales o administrativas.
4. Los intercambios de experiencia que se ofrezcan a los directivos y otros trabajadores de distintos países, sean o no asalariados, contribuyen a la expansión del sector turístico mundial. Por ese motivo, se facilitarán en todo lo posible, de conformidad con las legislaciones nacionales y las convenciones internacionales aplicables.
5. Las empresas multinacionales del sector turístico, factor insustituible de solidaridad en el desarrollo y de dinamismo en los intercambios internacionales, no abusarán de la posición dominante que puedan ocupar. Evitarán convertirse en transmisoras de modelos culturales y sociales que se impongan artificialmente a las comunidades receptoras. A cambio de la libertad de inversión y operación comercial que se les debe reconocer plenamente, habrán de comprometerse con el desarrollo local evitando que una repatriación excesiva de sus beneficios o la inducción de importaciones puedan reducir la contribución que aporten a las economías en las que estén implantadas.
6. La colaboración y el establecimiento de relaciones equilibradas entre empresas de los países emisores y receptores contribuyen al desarrollo sostenible del turismo y a una repartición equitativa de los beneficios de su crecimiento.



ARTICULO 10: Aplicación de los principios del Código Ético Mundial para el Turismo.
1. Los agentes públicos y privados del desarrollo turístico cooperarán en la aplicación de los presentes principios y controlarán su práctica efectiva.
2. Los agentes del desarrollo turístico reconocerán el papel de los organismos internacionales, en primer lugar el de la Organización Mundial del Turismo, y de las organizaciones no gubernamentales competentes en los campos de la promoción y del desarrollo del turismo, de la protección de los derechos humanos, del medio ambiente y de la salud, con arreglo a los principios generales del derecho internacional.
3. Los mismos agentes manifiestan su intención de someter los litigios relativos a la aplicación o a la interpretación del Código Ético Mundial para el Turismo a un tercer organismo imparcial, denominado Comité Mundial de Ética del Turismo, con fines de conciliación.

Las áreas con mayor biodiversidad de anfibios son las más amenazadas



Los factores más peligrosos para los anfibios son el cambio climático, las variaciones en el uso de la tierra y la quitridiomicosis –una enfermedad infecciosa causada por un hongo–. Estas circunstancias tienden a solaparse y tienen más incidencia en las zonas con mayor diversidad de especies.



El 30% de los anfibios se encuentran en situación de amenaza y los agentes principales de riesgo son más agudos en las zonas de mayor diversidad. Estos factores se presentan en muchas ocasiones de manera conjunta, lo que puede disminuir las poblaciones más rápido de lo que se estimaba hasta ahora. Así lo indica un nuevo estudio internacional en el que participa el Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN, CSIC).
Los cambios en el uso del suelo por parte del hombre están destruyendo los hábitats naturales que los anfibios necesitan para sobrevivir
“Nuestro análisis ha mostrado que las zonas con más diversidad son más proclives a sufrir una o más amenazas que las áreas con menos riqueza de especies”, afirma a SINC Christian Hof, científico del Centro de Investigación en Biodiversidad y Clima de Frankfurt (Alemania) que realizó el estudio como trabajo de doctorado en el Museo Nacional de Ciencias
Naturales y en la Universidad de Copenhague.
"El estudio investiga la distribución de las principales amenazas para los anfibios y concluye que existe un cierto grado de coincidencia entre las amenazas derivadas del cambio climático y de presión humana sobre el territorio", afirma Miguel B. Araújo, investigador del MNCN que también participa en el trabajo. Por tanto, las regiones que más sufren el calentamiento global coinciden con las más afectadas por el cambio del uso de la tierra.
Un tercer peligro, la enfermedad de hongos quitridiomicosis, se da de manera aislada.Es una infección causada por el hongo Batrachochytrium dendrobatidis. Afecta a la piel de los anfibios, que es un órgano muy importante para la respiración y otras funciones fisiológicas. "El solapamiento entre las áreas con elevados impactos climáticos y aquellas con alta probabilidad de ocurrencia del hongo que causa a enfermedad de los anfibios es muy bajo", asegura Araújo. "Esto es importante porque, durante años, se pensó que podría haber una sinergia entre cambio climático y el aumento de la virulencia de esta enfermedad", añade.
Debido a que su morfología y su fisiología son muy sensibles al clima, el calentamiento global afecta especialmente a los anfibios. “Muchas especies dependen del agua o de condiciones de humedad”, dice Hof. Por otra parte, “las modificaciones del uso del suelo por parte del hombre están destruyendo, degradando y fragmentando los hábitats naturales que los anfibios necesitan para sobrevivir”, explica.
Delinear las regiones de mayor riesgo
Para estudiar la distribución de las amenazas han hecho modelizaciones a partir de datos de la “Evaluación Global de Anfibios”, cifras del cambio climático del IPCC, predicciones del futuro impacto de la quitridiomicosis y perspectivas del cambio de uso de la tierra de la “Evaluación de los Ecosistemas del Milenio”.
Los autores han estudiado 5.527 especies de anfibios, pero la valoración que han hecho es global, no particular de cada una. “Con nuestro estudio no podemos predecir un riesgo de extinción específico para cada una de ellas, pero podemos definir geográficamente las regiones que tienen más probabilidad de ser amenazadas en el futuro”, explica Hof.
Los investigadores concluyen que los esfuerzos para la conservación de especies tienen que priorizarse en función de la localización tanto de las amenazas como de la biodiversidad. “Es necesaria más investigación básica acerca de la distribución de los anfibios, su sensibilidad a las amenazas y las interacciones entre estos factores de riesgo”, afirma Hof.
Referencia Bibliográfica
Christian Hof, Miguel B. Araújo, Walter Jetz y Carsten Rahbek. “Additive threats from pathogens, climate and land-use change for global amphibian diversity”. Nature 479, 17 de noviembre de 2011. Doi: 10.1038